1.- Hace unos meses se viralizó un video en la red en el que aparecÃa un aficionado de beisbol sufriendo un accidente a las afueras del estadio. En el corto, se apreciaba cómo caÃa al suelo después de festejar, doblándose el tobillo. La mayorÃa de los comentarios que leà e incluso escuché, hicieron énfasis en el sobrepeso del accidentado como la principal causa de la lesión.
2.- Hoy en dÃa, es cada vez más común el "gender reveal", o fiestas de "revelación de género", en las que las parejas comparten de diversas formas (globos, humo de colores, pasteles, etc.) si el futuro bebé será niño o niña (humo azul si es niño, y rosado si es niña, por supuesto).
En ambos casos trato de entender por qué ponemos énfasis en ciertos aspectos como las dimensiones corporales o el sexo de un bebé, y qué "riesgos" pueden traer implÃcitos estos sesgos cognitivos.
Atribuir el accidente (1) únicamente a las dimensiones corporales puede ser un sÃntoma de gordofofia, es decir, un desagrado hacia personas que no cumplan con los "estándares" estéticos definidos culturalmente por las industrias del entretenimiento y la moda, principalmente. Nos referimos comúnmente como "gordos" o "gordas", "obesos" y "obesas", a quienes "superan" las dimensiones corporales que deberÃa tener para ser agradable a nuestra vista; inmediatamente tendemos a relacionar su figura con aspectos de salud (está en riesgo, no es saludable o por eso se torció el tobillo). Este sesgo suele transmitirse a otros (los hijos, por ejemplo), desarrollando en ellos el mismo desagrado (origen del bullying), llegando incluso a rechazar su propio cuerpo si no cumple con estos estándares (riesgo de bulimia o anorexia). En la práctica médica también se puede manifestar la gordofobia, a través del trato hacia pacientes con dimensiones corporales desagradables a la vista, recetándoles en primera instancia que "bajen de peso", incluso antes del diagnóstico correspondiente. Dejar de enfocarse en el fÃsico de las personas ("¡qué delgado(a) estás!", "¡qué bien te ves ahora que has bajado de peso!", "como que ya embarneciste, ¿no?"), podrÃa revertir la discriminación histórica hacia el sector que la industria de la moda ha clasificado como de "talla extra".
Finalmente, el caso del género (2) tiene que ver con los "roles" masculinos o femeninos que transmitimos a nuestros hijos e hijas incluso antes de nacer. Programamos a los niños a que jueguen fútbol, les gusten los muñecos de acción y "liguen" a las niñas; las niñas, por su parte, juegan con muñecas y deben cuidarse de un embarazo no deseado cuando crezcan. Poner énfasis únicamente en el género, incrementa la frustración, dolor y decepción de los padres con respecto a un hijo o hija que se declara homosexual. Cambiar el énfasis a la hora de tener hij@s podrÃa reducir las desigualdades e incluso la violencia de género, encaminando a las nuevas generaciones de papás a desarrollar y promover los múltiples aspectos personales en sus hijos, más allá de los roles masculinos y femeninos. El énfasis sà importa, y mucho.